Ya le tenía ganas a la Sierra de Guara y a su tozal, y llegó el día. Al fondo lejísimo está el Tozal, casi 1.200 metros de desnivel de subida, y en tan sólo 8 horas con apenas descanso en la cima porque estaba muy desapacible. Duro y con agujetas para tres días, pero como es habitual mereció la pena. Sin cazadores, por unos senderos entre bosques, unos llanos herbosos y unas vistas espectaculares desde la cumbre.
Todos juntos después del bocata y antes de huir del frío.